lunes, 13 de marzo de 2017

Vuelo con percance sobre la Sierra de Gredos (Ávila)



Según se iba acercando el fin de semana la previsión cada vez parecía más prometedora, un gran anticiclón se estaba asentando en el centro de la península y parecía que no tenía ganas de marcharse. Con un tiempo así había que aprovechar así que me puse a repasar mentalmente esos destinos que tenía pendientes y el primero que me vino a la cabeza fue Gredos. Un lugar que conocía muy bien desde por mis excursiones y escaladas por la cresta de los Galayos pero que estaba deseando ver desde el aire. Además con las últimas nevadas toda la sierra debía de estar cubierta de nieve.

Le debía un vuelo a mi amigo Marco ya que en otro paseo anterior tuvimos que darnos la vuelta a mitad de camino por problemas de rendimiento del motor que días después tras verlo con los mecánicos resultaría ser por engelamiento en los carburadores.

Le llamé por si se quería apuntar a la aventura y gustoso acepto, al día siguiente tras abrigarnos bien y hacer las respectivas comprobaciones en el trike a las 8 de la mañana ya estábamos en el aire rumbo oeste paralelos a la sierra de Guadarrama.

Con Marco el copiloto

 Tras una hora de vuelo, después de pasar por varias sierras visualicé el aeródromo de Lanzahita, me hubiera gustado aterrizar para conocerlo pero no quería perder toda la altura que había ido cogiendo para llegar a Gredos y ya con un margen de seguridad decente preferí dejarlo para otra ocasión. Pregunté a Marco la altura del pico más elevado de Gredos (es una enciclopedia de montaña andante) 2.592m me dice, hago mis cálculos y estimo que tenemos que llegar con unos 9.000pies de altímetro para sobrevolar la zona cómodos, vamos aún bajos así que doy gas y me pongo en 500 pies/minuto de ascenso. Volando, cuando te acercas a una montaña de considerable altura, resulta complicado establecer si vas alto o bajo así que mi consejo es prepararse antes la ruta y saber los márgenes a los que se debe uno ceñir. Otro consejo de manual, es entrar a la montaña en oblicuo nunca en perpendicular de modo que te permita una rápida escapada en caso de encontrarnos con descendencias o rotores. Y por supuesto elegir un día con una previsión de meteo impecable aunque esto luego no te asegura las condiciones reales que te vas a encontrar. Y como siempre, madrugar para tener una atmósfera lo más limpia posible.


El espectáculo era majestuoso, dejábamos atrás los grandes valles y entrabamos en el mundo de las impresionantes formaciones graníticas cubiertas por el manto blanco. A mi derecha el cuchillar de los Galayos coronado por la cumbre de La Mira (2.343m). En ese instante me vino a la cabeza todos los miedos y alegrías que había pasado escalando por sus verticales paredes, el Torreón, La Aguja Negra, El Gran Galayo y las noches de vino malo en el refugio Victory con su peculiar guardia “El Majara” después alcé la vista y frente a mi todo el circo de Gredos coronado por el Almanzor, impresionante. En ese instante, de repente en el rutinario chequeo de los parámetros del motor que voy haciendo cada par de minutos, ¡Dios mio! Si la temperatura del agua está subiendo de decenas en decenas, en pocos segundos la tenía a 150 grados, reviso todo lo demás y no encuentro explicación, quito el trim del ala, quito todo el gas y lo dejo al ralentí mientras busco en el gps el campo de vuelo más cercano. Hablo con Marco y le digo que nos vamos pitando de allí que algo va muy con el motor, le digo que eche un vistazo y sorpresa, me dice que hay un mangito suelto. Uno de los tubos de refrigeración del radiador se había soltado y había perdido todo el líquido refrigerante (en el video siguiente se aprecia muy bien el momento de la fuga).


Como íbamos con mucha altura continuo el planeo sin motor en dirección al campo de Valle Ambles, que es el que tenía ya en mente para dirigirme, había estado el fin de semana anterior y sabía que tenía mecánico y podría disponer de ayuda. La temperatura disminuía por momentos pero al rato volvía a subir y así durante los pocos minutos que me separaban de la pista. Solo tenía que pasar un collado entre la sierra de Panamera y ya estaría a salvo con muchos prados verdes en caso de no llegar a Valle Ambles.  Sintonizo la frecuencia del campo y escucho un tráfico notificando un despegue por la pista 01.  Lo reviso y es justo la dirección en la que voy así que les llamo e informo de la emergencia para notificarles que voy a saltarme el procedimiento de entrada en el aeródromo y que voy directo a aterrizar. Muy amablemente me dan vía libre y allá que voy, aterrizo si más complicaciones sano y salvo mientras Marco, el hombre tranquilo seguía haciendo fotos durante el aterrizaje.

Detalle del manguito suelto
Ya a salvo en el campo me encuentro con Eduardo, instructor de Aerotraining y jefe del campo. Rápidamente se interesa por mi problema y se acerca con una garrafa de líquido refrigerante, lo echamos y purgamos de aire y al rato ya tenemos solucionado el problema del manguito. Muchas gracias a Edu por su inestimable ayuda. Unas comprobaciones más y de nuevo nos elevamos, esta vez como precaución en vez de tomar una ruta directa a casa iré bordeando la sierra de Guadarrama al amparo de los verdes prados castellanos hasta llegar al Puerto de los Leones para cruzar por allí a la vertiente sur de la sierra. Todo el viaje transcurre si percances con la temperatura dentro de márgenes y tras un vuelo algo turbulento por las horas que son aterrizamos en Villanueva de la Cañada, cuatro horas después y 300km recorridos.

Aquí dejo unas muestras de algunas de las fotografías que tomó mi amigo Marco, gran Montañero y experto aficionado a la fotografía. Sin duda un bonito recuerdo de un fantástico día de aventuras.

vista panorámica de Gredos

Pico Almanzor (2.592m)

Ávila y su muralla

Circo de Gredos

Los Galayos

Fábrica de Nissan

Arroyo serpenteante


viernes, 3 de marzo de 2017

Trike camping en Ávila



Desde mis comienzos en el mundo de los aviones ultraligeros ya me venía rondando por la cabeza la idea de poder viajar con el saco de dormir y la tienda y pasar la noche por los diferentes lugares por donde fuera pasando. Principalmente por falta de tiempo o mala meteo me había sido imposible cumplirlo hasta ahora.

Pero mi suerte cambio el pasado fin de semana cuando por azar del destino pude disfrutar de todo un fin de semana para mí. No me lo pensé dos veces y llamé a J.M Batalla, mi compañero de viaje en mis últimas aventuras. Quedamos en hacer alguna buena excursión de un par de días e incluso planteamos ir a la costa de Castellón (al Este de España) pero según avanzaba la semana el tiempo se fue torciendo mucho. Ya habíamos cancelado el viaje cuando estando el viernes en el trabajo recibo su llamada y me pregunta por mis planes. Le comento que tenía intención de hacer un vuelo por la Sierra de Gredos y volver en el día antes de la borrasca que entraba el sábado por la tarde y va y me dice que se anima también. Mi trayecto no demoraba más de 90Km pero el de J.M viniendo desde Huesca era de 430Km pero aun así me dice que se apunta y se va a preparar todo para poder aterrizar en Ávila antes de ocaso. Quedamos en el aeródromo de Valle Ambles a las 17:00 así que en cuando termino en mi trabajo salgo pitando a casa, cojo a toda velocidad la tienda, el saco y demás utensilios y me voy a mi aeródromo. Según me voy acercando con el coche empiezo a ver toda una línea de nubes que va paralela a la sierra de Guadarrama por la que tengo que cruzar, un colosal muro de cúmulos que no deja ni un resquicio para atravesarlo. Uf que mala pinta. Estibo todo en el trike, me abrigo bien y doy contacto. Son las 16:30 y ya estoy en el aire.

Saliendo del muro de nubes
Nada más despegar empiezo a recibir los envites de la térmica, es invierno, son las cuatro de la tarde pero el Sol está muy presente y ha estado calentando la atmosfera todo el día. Me voy acercando cauteloso hacia la sierra cogiendo altura y en un momento dado veo claro que la única manera de atravesar la mole es por arriba. Meto gas y me pongo a un régimen de ascenso de 1000pies por minuto, en poco tiempo ya estoy atravesando las nubes y con vistas al valle. Quito gas y casi con motor a ralentí voy perdiendo todos los metros que he tenido que ganar para cruzar la montaña momento en que vuelven las turbulencias. Pocos minutos después veo la cuidad de Ávila y pongo rumbo Oeste hacia mi destino en el Valle Ambles. Este era un aeródromo nuevo para mí por lo que según voy llegando me esfuerzo en ir identificando en el mapa las referencias que tengo marcadas, sigo el curso del rio y empiezo a ver campos anegados de agua, se me mete el miedo en el cuerpo pensando que pueda estar así la pista pero por suerte al rato la identifico y a lo lejos diviso una Tecnan que abandona el campo por el sur, se ve seca y tras hacer el correspondiente circuito tomo tierra. 

Sano y salvo en Valle Amblés
 
Carreteo por la misma pista y dejo el trike enfrente de lo que parece un restaurante. Al rato aparece David, el propietario de un biplano Mistral, le comento que tenemos idea de quedarnos allí a dormir y muy amigablemente me enseña todo y se ofrece a llevarnos más tarde a la ciudad de Ávila. 

El Mistral de David

 Al rato escucho un motor en el aire y es J.M justo a la hora prevista, aterriza y tras charlar un rato comienza el ritual para preparar los trike para dormir. Fundas puestas, alas ancladas al suelo con piquetas, montamos las tiendas y dejamos todo listo en previsión de llegar tarde de cenar. 

dormir bajo el ala
 
David ya nos está esperando y nos vamos en su coche a la ciudad. Paseo por dentro de la fabulosa muralla de Avila y llamo a un amigo que conoce muy bien la zona, nos recomienda la cervecería La Barraca para cenar y allí que vamos. Tras unas cervezas de trigo y unas raciones nos vamos dando otro paseo hacia la salida de la ciudad donde llamamos a un taxi para que nos acerque al campo de vuelo. Es casi media noche y el cansancio ya se va notando así que caigo como un tronco en el saco de dormir. 

Reponiendo fuerzas

Son las tres de la mañana y me despierta un fuerte viento que está azotando la tienda, estaba ante el  famoso viento catabático o de valle que bajaba de la sierra de Panamera y Guadarrama, rápidamente me abrigo y salgo de la tienda para inspeccionar los anclajes del avión al suelo. Todo está correcto, de nuevo al saco calentito y al rato ya estaba de nuevo dormido.

Al día siguiente amaneció soleado, sin apenas viento pero con un frio helador. La tienda y el ala del trike estaban completamente cubiertas de una capa de unos dos milímetros de hielo. Al verlo J.M me contó un incidente que tuvo precisamente por despegar en condiciones de engelamiento en el ala lo que provocó una falta de sustentación aerodinámica con el correspondiente aporrizaje tras levantarse el avión apenas dos metros del suelo en la carrera de despegue. Lección aprendida, ponemos las alas de los trike perpendiculares al Sol y dejamos que este haga su trabajo. En el rato que estamos recogiendo todo y tomando un café en el estupendo restaurante del aeródromo el ala ya está descongelada y vertiendo todo el agua en cascada hacia el suelo.

El QuikR de J.M bien cubierto
Mientras desayunamos comprobamos las meteo y lo que vemos no deja lugar a dudas, se acerca una borrasca que entrará sobre las 13:00. Decidimos tirar cada uno para su casa pero antes volaremos juntos hasta el aeródromo de Marugan para que J.M ponga combustible para poder llegar del tirón a Huesca.



El vuelo es muy movido debido al Sol que ya está calentando la atmósfera, aterrizamos, repostamos y nos vamos a tomar algo a la cafetería. Al rato ya nos hemos despedido y retomado cada uno su camino.

En buena compañía
 
El tramo que me queda ya es conocido y la única precaución que tengo que tomar es pasar con suficiente margen de altura la Sierra de Guadarrama, sopla del Norte y no me quiero comer las turbulencias que habrá a sotavento.

Atravesando la Sierra de Guadarra

A las 12:30 aterrizo en mi campo tras 45 minutos de vuelo desde Marugan y con un vuelo algo turbulento anticipo de la proximidad de mal tiempo que vendría más tarde.

Comí con unos amigos del campo y después, como tenía el fin de semana libre decidí hacer algo de ejercicio y subirme al pico Abantos en la Sierra de Guadarrama. Una excursión de apenas dos horas que brinda una de las mejores vistas de la Sierra. A medida que iba subiendo el cielo se fue cubriendo y ya en la bajada comenzó a descargar una fuerte lluvia. Sin duda habíamos acertado en la decisión de cancelar los vuelos a la Sierra de Gredos y volver a nuestras casas.

Cumbre del pico Abantos
Al siguiente fin de semana volví para volar por toda la Sierra de Gredos y tuve un incidente por una fuga del líquido refrigerante a 10.000 pies de altura pero eso es otra historia y ya lo contaré en el próximo post.

saludos aviadores.