Siguiendo
con mi tour por los campos de vuelo de la zona Centro, el pasado fin de semana
tuve la oportunidad de visitar el aeródromo de Marugán. En esta ocasión iría
acompañado por José Carlos con su trike Aircreation. La previsión de viento era
muy buena, 4km/h y 11km/h de rachas pero al salir de casa por la mañana había
una niebla bastante densa que se fue disipando a medida que llegaba al campo
aunque se quedó una neblina que nos hacía dudar si la elección de Marugán era
buena.
Finalmente
mientras preparábamos los aviones, repostábamos y nos abrigábamos la niebla se
fue disipando un poco más y decidimos continuar con nuestra aventura. A las
09:00 ya estábamos en el aire con rumbo directo al puerto de los Leones.
Pasaríamos por Valmayor y Guadarrama antes de alcanzar el puerto el cual tiene
una altitud de 1500m por lo que nada más despegar fuimos cogiendo altura para
llegar a pasarlo a unos 2000 metros de altitud. Mi trike tiene una tasa de
ascenso de apenas 2m/s por lo que una trepada así requiere tiempo y por tanto
bastante anticipación. José Carlos no llevaba radio así que yo iba con la
frecuencia aire – aire notificando mi posición y pendiente sobre todo de las
avionetas ya que el paso por el puerto de los Leones es muy habitual entre
estas y es bastante estrecho por lo que la probabilidad de cruzarte con algún
otro avión es grande. No fue el caso ni a la ida ni a la vuelta aunque viendo
la capa niebla que se veía al sur daba una idea de lo cerrado que debía de
estar Cuatro Vientos y esa debía de ser la razón de tan escaso número de
aviones en vuelo.
Volando en formación |
El
vuelo transcurrió muy plácido y tranquilo hasta llegar a la vertical de puerto,
cuando empecé a notar un fuerte viento en cola de algo más de 25km/h y acto
seguido unas sacudidas importantes y sobre todo una descendencia que me llevaba
hacia el suelo a 4m/s metí todo el motor que tenía pero el trike seguía
bajando, la sensación fue bastante desagradable aunque el trike se controlaba
perfectamente solo que no me dejaba mantenerme nivelado. Al alejarme dos o tres
kilómetros de la montaña la descendencia desapareció y pude continuar mi
placido vuelo hasta llegar a mi destino. Sin duda una experiencia más, me había
encontrado con un rotor en el sotavento de la montaña y quizás la altura
respecto al suelo debería de haber sido más alta para evitarlo, lección
aprendida.
La
pista de Marugán tiene categoría de aeródromo, dispone de una longitud de 600
metros y cuenta con muchos servicios incluido un estupendo bar. Como en otras
ocasiones, acostumbrado a tomar en mi campo con una pista de 250m , realizo el
aterrizaje justo en las marcas de umbral dejándome espacio de sobra para salir
por la primera salida de la pista, en total escasos 70 metros y eso que no
había ni un ápice de viento de cara. Esta es sin duda una de las ventajas de
los ultraligeros pendulares.
Las cometas voladoras |
Una
vez aterrizados, con los trikes asegurados, como buenos españoles nos fuimos
directos al bar y allí tuvimos la oportunidad de conocer a Eduardo Vargas, para
quien no le conozca tiene un programa de radio (podcast) sobre aeronáutica de
lo más entretenido. Por cierto, que le comenté que a ver cuándo hacia uno sobre
trike y rápidamente se quedó con mi teléfono y me invitó a ir a hablar de las
“cometas voladoras” así que quien sabe, igual un día de estos os sorprendo
hablando por la radio.
Los intrepidos pilotos |
Tras
una animada charla nos despedimos y salimos pitando de vuelta. El paso de la
sierra fue de lo más tranquilo pero nada más cruzar la imagen de los inmensos
bancos de niebla nos dejó un poco preocupados, parecía que estaba todo bastante
cerrado y sobre todo en nuestra trayectoria. Tuvimos suerte porque nuestro
campo y toda la zona próxima quedaba libre de niebla y pudimos tomar sin ningún
problema.
que mala pinta esas nubes |
Tres
horas después ya estábamos en casa sanos y salvos con una nueva muesca en el
cinturón, la visita al fabuloso aeródromo de Marugán.
Seguiré
investigando ;-)