martes, 30 de julio de 2013

40º vuelo

El domingo había quedado a las 07:00 de la mañana para volar. Si las condiciones eran buenas y Juan Luis (el instructor) me veía bien sería mi día de la suelta.  Ya la previsión durante toda la semana no dejaba mucha margen de esperanza, viento del sur y fuerte. Aun así tenía la esperanza de que se equivocara y que al llegar al campo hubiera un estupendo viento laminar de componente norte. Pero tristemente no fue así y se cumplió la predicción. No obstante me vino muy bien para practicar espirales y tomas por la pista 21 ya que únicamente había aterrizado en esa configuración una vez. Las tomas en esta pista son más delicadas ya que tiene pendiente negativa de unos 2 grados y hay que ir muy fino para no comerte los 300 metros de terreno. Normalmente estoy acostumbrado a tomas de alta energía donde se pica el ala para coger velocidad y llegar con mucho mando y margen para cualquier imprevisto. En el caso de la 21 esto no es posible y la senda de aproximación se realiza con un planeo lento con la barra de control centrada y ya en el último tramo se puede picar un poco pero no en exceso procurando posar las ruedas lo antes posible. A falta de suelta un día muy provechoso para practicar este aterrizaje no tan habitual.

Aquí os dejo el vídeo de la clase:


Y como siempre el track del vuelo:


Cuando hicimos la toma final, los de Balloon Company (www.theballooncompany.es) estaban preparando el globo para salir desde el mismo campo de vuelo.  Normalmente salen más al norte pero como había viento fuerte del sur tuvieron que desplazarse más hacia abajo paro tener margen y no acabar en la sierra de Madrid. Nunca había visto montar un globo. Es un ejercicio de equipo que requiere muchas manos y que una vez desplegado es espectacular.

Después de ver el despegue del globo, aprovechando que tenía a la familia fuera me quedé por el campo un buen rato y pude ver entre otras cosas como cambiaban el paso de la hélice de un trike y de un Skyranger. En el caso de los ultraligeros “clásicos” el paso de la hélice es fijo y en casi todos los casos configurable en el suelo. Esto permite ajustar las revoluciones máximas del motor para que trabaje en el régimen más óptimo. En una explicación algo burda el paso lo podríamos asemejar a las marchas en un coche. Si aplicamos mucho paso, la propia resistencia del aire en la hélice hará que no se llegue a las máximas revoluciones del motor pero por el contrario tendrá mucha más tracción. El símil sería las marchas cortas en un coche. Por el contrario, si aplicamos poco paso, habrá menos resistencia y aumentarán las r.p.m aunque la tracción será menor. Sería el caso de la 5 o 6 marcha en un coche. Por tanto en vuelo, si se dispone de una hélice de paso variable podremos ajustarlo a la fase de vuelo que estemos  realizando aplicando más paso en el despegue y aterrizaje y menos en el vuelo de crucero donde conseguiremos más velocidad con menor sufrimiento del motor.  Como en los ultraligeros sencillos esto no es posible, se ajusta el paso con un ángulo intermedio de nos de las mejores prestaciones tanto de la hélice como del motor.

Para finalizar os dejo algunas fotos que tome en el campo:

Cowl flap casero con regilla de aire acondicionado (avión X-air)

X-air (pollito)

Santi ajustando el paso de la hélice de su Skyranger

Haciendo el rodaje a un motor rectificado

Hélices aerobat. De lo mejorcito en la industria

 

¡Hasta el próximo vuelo!

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